martes, 17 de enero de 2012

Corazón abierto.

Esa noche no quería pensar, se negó. Se negó a volver a derramar una lágrima por sus besos o por una de sus falsas sonrisas que a la vez eran tan verdaderas. Pero no pudo evitarlo, se incorporó y se vio pequeña en aquella cama tan grande, se asustó y salió de ella, la miró y pensó en todas las historias que podría contar, sonrío, sabia que era su compañera más fiel. Pero al instante volvió ese sentimiento de nostalgia y tan valiente como siempre salió al balcón, y dejó que en ese frío y triste día de enero el viento acariciara su cuerpo como lo hicieron sus manos. Por un momento las rodillas le temblaron. La luna iluminó sus ojos, como lo hacia su sonrisa. No podía evitarlo, le echaba de menos. Después de que el suelo ensuciara sus pies como lo hicieron sus mentiras, entró en su habitación y volvió a esa confusión de pensamientos que tenia por sábanas. Siempre ha sabido lo que era bueno para ella, lo que debía de hacer y lo que no, pero en aquel instante aun sabiendo el daño que él podía causar necesitaba verlo, encontrárselo por la fuerza del destino… Pero el destino le abandonó cuando se dio cuenta en la mentira en la que estaba, no era suyo, ya era de otra y ya era demasiado tarde, ya había amado con corazón abierto.

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