domingo, 9 de octubre de 2011

Días frios para cuerpos calientes.

Hablemos de amar, encontrar un mundo en los ojos de otra persona. Llorar y reír a la vez, no sentirse nunca sola y encontrar la felicidad en los brazos de la otra persona, volverte una persona alocada, sin miedo a nada. Porque en el amor, el miedo no existe, igual que tampoco las segundas oportunidades. Corre sin el miedo a caerte, arriesga sabiendo que puedes perderlo todo, incluso a ese amigo especial; y es que en el amor no hay sitio para cobardes, no hay sitio para gente que se piensa dos veces las cosas. Si es así apártate porque hay una cola interminable de gente que tiene que vivir eso. Pero no te preocupes porque eso no quiere decir que el amor no te llegará todo lo contrario, llegará y te desconcertará y será en ese momento cuando lo sepas, te darás cuenta que te da igual que piense la gente, dejarás de pensar si le pones una cuchara o dos de azúcar al café, si te pones abrigo o gabardina en un día de enero, esas preguntas no te las harás, porque el amor es dulce asique ahora te digo que te pondrás dos de azúcar, y para el frio día de enero? La gabardina, los enamorados nunca tienen frio, nunca y si lo tienen no buscan un abrigo para dejar de tener frio, buscan más bien el cuerpo del otro porque no hay ningún abrigo ni ninguna manta mejor que esa. También dejarás de pensar de qué sabor te compras los chicles, ¿de melocotón o de fresa? Menta mejor!” Olvídate de eso, ningún chicle tendrá el sabor de sus labios, ninguno. Por eso conserva su sabor. Hay chicles que son especialistas en eso, en irse el sabor en nada o de ponerse duros como una piedra, cuando te encuentres de esos, tíralos mejor dicho escúpelos! Encuentra un buen chicle que no quieras dejar de masticar, del que no se vaya el sabor y del que siempre este tierno. Cuando lo encuentres, guarda el envoltorio y acuérdate de dónde lo has encontrado porque te aseguro que no quedan muchos.

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